La actitud del coronel  Charles Lynch, durante el movimiento de independencia en Norteamérica para juzgar a los traidores dio origen a la llamada “Ley Lynch” que a su vez  remite al vocablo Lynching, de donde surge la palabra linchar o lo que se conoce como justicia popular. De acuerdo al diccionario de la lengua española un linchamiento es la acción de ejecutar sin proceso y tumultuariamente a un sospechoso o a un reo (1).

Rodríguez Guillen se expresa de los linchamientos como una forma de violencia social originada por el hartazgo de una comunidad frente a la autoridad y la inexistente o incorrecta aplicación de la justicia (2).

El estudio “Linchamientos en México: recuento de un periodo largo (1988-2014)” se establecen dos tipos de linchamientos a partir de si el acto violento logra quitar la vida o no estableciéndolos como intento de linchamiento o linchamiento consumado (3). Es este mismo estudio coordinado por la UAM se establecen puntos en común para cualquier definición sobre el linchamiento que son:

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Cabe señalar que de este recuento, desde 2010 hasta 2014, fecha de publicación del estudio, el aumento de los linchamientos se disparó:

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Gráfica 1 dentro del estudio “Linchamientos en México: recuento de un periodo largo (1988-2014)”

La denominada “justicia popular” es una tendencia en algunos países de América latina, pero las estadísticas al respecto revelan una situación preocupante en Venezuela [5], atribuible una crisis económica y elevada criminalidad.

La percepción social VS legalidad

El artículo 17 constitucional establece la prohibición de hacer justicia por propia mano y también prohíbe a los ciudadanos el uso de la violencia para ejercer su derecho. Si bien la fracción IV del artículo 15 del Código Penal  Federal establece como excluyente de delito la legítima defensa para repeler una agresión real, actual o inminente, el mismo ordenamiento establece que debe existir necesidad de la defensa y racionalidad en los medios empleados para la misma.

En el artículo 21 constitucional se reitera que el ejercicio de la justicia y garantizar seguridad pública es una función específicamente a cargo del Estado. Sin embargo la percepción social sobre impunidad, la corrupción institucional y en general la deficiente actuación del Estado para aplicar justicia, ha llevado a que la sociedad se incline hacia la aceptación de la justicia popular como una herramienta más efectiva.

Así quedó demostrado en las encuestas del barómetro de las américas de 2014, el cual se encargó de establecer el índice de aprobación popular para hacerse justicia por su propia mano. Este estudio demostró que la aprobación popular de las prácticas va a la alza con respecto a años anteriores y que la población joven de los países encuestados son quienes tienden a inclinarse al uso de la violencia para hacer justicia.

En resumen, estableció que de América latina Trinidad y Tobago es el país con menor aprobación social de linchamientos con un escala de 19.2 y República Dominicana es donde se reportó el índice de aprobación social más elevado con 42.8. El índice de aprobación en México es de 33.1 [6].

Según el Índice Global de Impunidad (IGI), elaborado por la de la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP) y el Consejo Ciudadano de Seguridad y Justicia de Puebla (CCSJ), México ocupa el segundo país con mayor índice de impunidad dentro de los 59 países evaluados [7]. Tras este escenario el reto institucional se enmarca en que la reforma constitucional en materia penal, que modificó el sistema de justicia mixto a un sistema adversarial y oral, cumpla con los objetivos para los cuales se planteó y brinde una justicia más transparente y eficaz.

Hacer cumplir  la exigencia de seguridad pública y reducir el nivel de impunidad para evitar el ensañado nivel de violencia e incluso la muerte de inocentes a manos de los pobladores, para quienes “el miedo de que los sospechosos pudieran escapar con la ayuda de la Policía es más fuerte que las preocupaciones de llegar a derramar sangre inocente” [8] debe ser el objetivo de este nuevo Sistema de Justicia Penal.

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[1] Avoca Museum. (2014). A zealous and active Patriot of the Revolution. 02/08/2016, de          Avoca Museum & Historical Society Sitio web: http://www.avocamuseum.org/colonel-charles-lynch/

[2] Definición obtenida del Diccionario de la Lengua Española, Edición Tricentenario consultado 2/08/2016 en: http://dle.rae.es/?id=NMHYTCC

[3] Rodríguez Guillen Raúl. (2012). Crisis de autoridad y violencia social: los linchamientos en México. 02/08/2016, de Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM Sitio web:http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/polis/cont/20122/art/art4.pdf

[4] Rodríguez Guillén Raúl, Veloz Avila Norma Ilse. (2014). Linchamientos en México: recuento de un periodo largo (1988-2014). 03/08/2016, de Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Azcapotzalco Sitio web: http://www.redalyc.org/pdf/325/32531885018.pdf

[5] González Vieguela Lino. (2016). Linchamientos en América Latina. 03/08/2016, de esglobal.org Sitio web: http://www.esglobal.org/linchamientos-en-america-latina/

[6] Zechmeister Elizabeth J. . (2014). The Political Culture of Democracy in the Americas, 2014: Democratic Governance across 10 Years of the Americas Barometer . 03/08/2016, de United States Agency for International Development Sitio web: http://www.vanderbilt.edu/lapop/ab2014/AB2014_Comparative_Report_English_V3_revised_011315_W.pdf

[7] Solis Arturo. (2016). México, el segundo país con más impunidad en el mundo. 03/07/2016, de Forbes México Sitio web: http://www.forbes.com.mx/mexico-el-segundo-pais-con-mas-impunidad-en-el-mundo/#gs.GhNy7Mo

[8] Ahmed Hazam, Villegas Paulina. (2016). Miedo y frustración incrementan los linchamientos en México. 03/08/2016, de The New York Times en Español Sitio web: http://www.nytimes.com/es/2016/01/25/los-linchamientos-aumentan-en-mexico-a-medida-que-crece-la-frustracion-con-el-gobierno/

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Mauricio Gomez